A lo largo de los años como un fiel fanático del metal, han habido años en los que me topo con una banda y me obsesiono un poco con ella. El año pasado esta banda fue Bolt Thrower, con sus poderosísimos riffs, brutalidad y agresión englobada en un paquete con letras que tratan de la guerra. ¿Acaso podría ser una mejor combinación? La respuesta sería negativa si son fanáticos de Belinda con Moderatto o si prefieren escuchar a Timbiriche (que aunque cantaran sobre la guerra de Vietnam seguirían careciendo de PUNCH).
Fue una tarde sabatina en Pericoapa en el habitual puesto de discos metaleros que con mucho gusto frecuento cada vez que puedo para llevarme algo más que llene mis oídos de algo nuevo. Esa vez decidí preguntar por Bolt Thrower, al haber tantas menciones y siendo tan aclamados en un sitio que frecuento (metal-archives.com) tenía que conocer cómo demonios sonaban estos individuos. Sorprendido de que hubiera algo de la banda, pregunté cuál sería la mejor opción para un principiante como yo, por lo que el encargado me recomendó Mercenary.
Debo admitir que me costó trabajo acostumbrarme al sonido que Bolt Thrower ofrecía, pero una vez que llegué a la rola 'No Guts, No Glory' no pude más que enamorarme de la banda, abriéndome las puertas a un metal agresivo, que destaca por tener una gran cantidad de riffs y que nunca baja el nivel de agresión en sus canciones. El growling profundo y agresivo de Karl Willets, el poderoso bajo de Jo Bench (mujer, por cierto) y los abasalladores riffs que mis oídos captaban con atención fue suficiente para desear más... ¡MÁS!
De manera casi instantanea caí en un frenezí en busca de su discografía. Pronto había regresado al mismo puesto a demandar (no pedir, uno no pide Bolt Thrower, lo demanda) más Bolt Thrower. Ese domingo ya tenía en mis manos Those Once Loyal, el último trabajo de la banda. Al escucharlo, sólo pude contenerme para no alir gritando por la puerta y estrellarme contra un trailer creyéndome el poderoso y verdísimo HULK. Y es que rolas como 'Granite Wall', 'At First Light', 'Entrenched' y 'When Cannons Fade' pueden transformar al individuo más dócil en una salvaje bestia come hombres (no se incluye desempeño sexual). Una vez más, estaba extasiado... ¿y qué pasó?
La vida siguió su curso y conseguí '...For Victory'. Otro gran trabajo de la banda, con rolas un poco más agresivas. No sé si es lo áspero de la producción, pero el disco en general tiene buena vibra. La motivadora '...For Victory' o la agresiva 'Armaggedon Bound' destacan instantaneamente al escuchar semejante álbum. 'Silent Demise' y 'Tank (Mk.1)' son rolas dignas de mención también. Poderosísimos intros capaces de dislocar el cuello más fuerte.
Por desgracia, no todo es oro en su discografía. 'Honour Valour Pride' es indicio de ello, y también de que los cmabios de miembros pueden afectar la atmósfera de un álbum como este. La falta del vocal, Karl Willets, se extraña demasiado en este disco. Su profundidad de voz es sustituida por la de otro individuo llamado David (no recuerdo apellido), cuyos "growls" sono monótonos y sin cuerpo. Los riffs están ahí, la agresión también, pero todo queda sin personalidad. Casi como una silla sin chiste. Te sirve para sentarte (para eso sirve una silla... DUH!), pero na más tus nalgas no se amoldan a ella. Así es este disco. Sabes que te puedes sentar en ella, que quizás tenga un buen efecto en tus nalgas, pero algo te impide acomodarte.
Por el momento eso cubre mi colección Bolt Throweriana, pero que espero pronto crezca. A pesar de que creo que sólo queda 1 disco que no tengo en ese puesto, que si compro, desaparecerá por un buen rato algo que no sea Those Once Loyal en ese puesto. En fin, Bolt Thrower es una banda de death metal muy reocmendable para entusiastas metaleros o veteranos que tienen el atrevimiento de no haber escuchado a esta poderosa banda.
Fue una tarde sabatina en Pericoapa en el habitual puesto de discos metaleros que con mucho gusto frecuento cada vez que puedo para llevarme algo más que llene mis oídos de algo nuevo. Esa vez decidí preguntar por Bolt Thrower, al haber tantas menciones y siendo tan aclamados en un sitio que frecuento (metal-archives.com) tenía que conocer cómo demonios sonaban estos individuos. Sorprendido de que hubiera algo de la banda, pregunté cuál sería la mejor opción para un principiante como yo, por lo que el encargado me recomendó Mercenary.
Debo admitir que me costó trabajo acostumbrarme al sonido que Bolt Thrower ofrecía, pero una vez que llegué a la rola 'No Guts, No Glory' no pude más que enamorarme de la banda, abriéndome las puertas a un metal agresivo, que destaca por tener una gran cantidad de riffs y que nunca baja el nivel de agresión en sus canciones. El growling profundo y agresivo de Karl Willets, el poderoso bajo de Jo Bench (mujer, por cierto) y los abasalladores riffs que mis oídos captaban con atención fue suficiente para desear más... ¡MÁS!
De manera casi instantanea caí en un frenezí en busca de su discografía. Pronto había regresado al mismo puesto a demandar (no pedir, uno no pide Bolt Thrower, lo demanda) más Bolt Thrower. Ese domingo ya tenía en mis manos Those Once Loyal, el último trabajo de la banda. Al escucharlo, sólo pude contenerme para no alir gritando por la puerta y estrellarme contra un trailer creyéndome el poderoso y verdísimo HULK. Y es que rolas como 'Granite Wall', 'At First Light', 'Entrenched' y 'When Cannons Fade' pueden transformar al individuo más dócil en una salvaje bestia come hombres (no se incluye desempeño sexual). Una vez más, estaba extasiado... ¿y qué pasó?
La vida siguió su curso y conseguí '...For Victory'. Otro gran trabajo de la banda, con rolas un poco más agresivas. No sé si es lo áspero de la producción, pero el disco en general tiene buena vibra. La motivadora '...For Victory' o la agresiva 'Armaggedon Bound' destacan instantaneamente al escuchar semejante álbum. 'Silent Demise' y 'Tank (Mk.1)' son rolas dignas de mención también. Poderosísimos intros capaces de dislocar el cuello más fuerte.
Por desgracia, no todo es oro en su discografía. 'Honour Valour Pride' es indicio de ello, y también de que los cmabios de miembros pueden afectar la atmósfera de un álbum como este. La falta del vocal, Karl Willets, se extraña demasiado en este disco. Su profundidad de voz es sustituida por la de otro individuo llamado David (no recuerdo apellido), cuyos "growls" sono monótonos y sin cuerpo. Los riffs están ahí, la agresión también, pero todo queda sin personalidad. Casi como una silla sin chiste. Te sirve para sentarte (para eso sirve una silla... DUH!), pero na más tus nalgas no se amoldan a ella. Así es este disco. Sabes que te puedes sentar en ella, que quizás tenga un buen efecto en tus nalgas, pero algo te impide acomodarte.
Por el momento eso cubre mi colección Bolt Throweriana, pero que espero pronto crezca. A pesar de que creo que sólo queda 1 disco que no tengo en ese puesto, que si compro, desaparecerá por un buen rato algo que no sea Those Once Loyal en ese puesto. En fin, Bolt Thrower es una banda de death metal muy reocmendable para entusiastas metaleros o veteranos que tienen el atrevimiento de no haber escuchado a esta poderosa banda.