lunes, 7 de mayo de 2012

Tlaxcala tiene sabor a Deceased

Y si ese título de esta entrada fuera tomado enteramente fuera de contexto, traducido al castellano, algunos creerían que soy un necrofago perdido en Tlaxcala con acceso a Internet.

Por fortuna para los cementerios tlaxcaltecas, no es el caso.

Hay algo de verdad en que hay discos que nos acompañan en la vida, y es cierto, incluso aunque éstos estén atascados en algún reproductor mp3 como mi ipod (eso no significa que no lo tenga en formato físico, pero no es que importe, realmente) y ahora que he estado desplazándome por lo largo de la república mexicana en algún trabajo que nunca pensé hacer, hay discos que me acompañan a cada estado al que voy. En este caso, las veces que he visitado Tlaxcala (y Cuautitlán) ha sido Deceased con el Fearless Undead Machines y As The Weird Travel On, ambos discos, gemas del death metal.

Y es que Deceased, a mi gusto, es de las pocas bandas que crean una aterradora atmósfera mientras King Fowley se está matando detrás de batería gritando interminables historias de terror que son tan bien estructuradas en un ambiente musical, que siempre me clavo escuchando alguno de estos dos discos (nota del autor: Surreal Overdose cumple con este cometido, pero aún no me enamora. The Blueprints of Madness no es un disco con el que esté encariñado. Lo demás, aún queda por conocer).

Quedé encantado con el Fearless Undead Machines la primera vez que lo escuché de principio a fin, y digo... ¿qué mejor combinación que un disco conceptual de death metal de zombies? Sólo que éstos fueran una versión de rambo en búsqueda de cerebros alienígenas, pero no señores, ese no es el caso. Es un disco acerca de los zombies clásicos come cerebros basándose en películas clásicas de Romero. A eso agréguenle la insufrible voz de Fowley (eso le da el toque) con riffs desgarradores, melodía y si eso fuera poco, este individuo aún se da el lujo de vocalizar además de tocar la batería. Quizás por eso es tan... tan... deberían escucharlo si no lo han hecho.

Y es que mientras viajaba en camión o pasaba por las calles de Tlaxcala la primera vez, fue de los discos que me acompañó. La segunda vez fue el As The Weird Travels On, que aunque de cierta manera es mucho más melódico, no deja a un lado lo teatral de la historia e incluso creando la tétrica atmósfera que creo ha caracterizado a la banda en lo que llevo de su material.

En fin... la melancolía del recuerdo mientras iniciaba una chamba de la cual no tenía la más puta idea de cómo se hacía y que ahora, aunque no tan perdido, más o menos le he agarrado la onda y Deceased siempre me recordará lo tenebroso que es un primer día de trabajo de campo, moviéndose por lados desconocidos y platicando con gente desconocida que presta su voluntad para charlar con otro extraño. Así es... un título ad hoc para mi experiencia  mientras me muevo sale de Deceased: As the weird travel on.

Y aquí seguimos viajando.