¿Qué puedo decir? Estoy aquí sentado con dolor en la espalda, en los brazos, en las piernas y en el cuello, además de haber sufrido varios trancazos intencionales y sin querer en los riñones y varias vertebras.
La banda que le abrió esta vez a Arch Enemy es digna de respeto y apreciación por lo que hicieron. Banda mexicana llamada Mulucrax captó nuestra atención desde el momento en que del lado izquierdo del escenario habían una especie de tambores tribales, por falta de una mejor descripción y para evitar decirle marimba que no teníamos la menor idea de cómo iban a sonar a la hora de la hora. Después de un rato de espera, estos cabrones salieron con todos los huevos por delante y así comenzó la brutalidad mexicana sobre el escenario.
Ni me pregunten como se llaman sus rolas, ¿cómo demonios se supone que pueda entender de primera mano una especie de growleo? Sobretodo con la costumbre de que es en inglés, estos muchachos cantaron en español, mostrando violencia, agresividad y excelentes riffs acribillando a los oídos más vírgenes del Circo Volador. De lo más fregón que presentó la banda fue la energía con la que tocaron y por supuesto, las percusiones. La combinación solitaria de la batería con los tambores fue orgásmico y no pude hacer más que menear la mata y agitar la mano ante tan brutal combinación. Y así, después de que Mulucrax dejó la tarima, pasó lo que nunca creí posible: El público mexicano pedía más. Nunca había visto esto en una banda de soporte, y siendo que el jueves tocaron las bandas más piteras imaginables, esto fue una gran y grata sorpresa. Ahora sólo teníamos que esperar a Arch Enemy.
Y el tiempo pasó, pero no me puedo quejar. He sufrido peores esperas dentro de los cocniertas y en la vida real, ¿qué más daba esperar un brutal setlist al más puro estilo de la vieja escuela? Sin embargo, la duda reinaba: ¿Sería Angela Gossow capaz de cantar las 'oldies' mejor que Johan Liiva?
Angela, con toda su belleza (y lo dice alguien que no encuentra a las güeras muy atractivas) lo logró. Eso es echarle huevos y no mafufadas. Sacó a relucir su voz más gruesa y agresiva y rolas como 'Bury Me an Angel' no pasaron desapercibidas, por lo menos no por el par de oídos que tengo pegados a la cabeza. Tampoco hay que opacar el gran trabajo de la banda, interprentando esas rolas viejillas que tantos queríamos escuchar, a pesar de que algunos no parecían estar de acuerdo con el intento de Angela de tocar las rolas de los primeros discos. Pero a mi me vale, tocaron bien, y sobretodo, prendieron a la gente de una manera brutal.
Por fortuna o por desgracia, no todo fue una noche recordando lo viejo de Arch Enemy. Pronto, al setlist se incluyeron varias rolas de la época de Gossow, como 'We Will Rise', una favorita personal de la noche, 'Blood On Your Hands' de nuevo y por supuesto que no podía faltar 'Nemesis'. Y antes de entrar a esto, los grandes solos de guitarra de 'Intermezzo Liberte' y 'Snowbound' se hicieron presentes y ejecutadas de manera bella. Y por último, pero no menos importante, el solo de batería fue excelente.
Por desgracia, algún ente que iba surfeando entre la multitud tuvo los maravillosos reflejos de agarrarse de mi mata para no caerse, pero por fortuna, lo tomé del brazo y lo descargue tranquilamente en el suelo (aún me tenía agarrado de la greña). Eso y al principio un ente atrás de mi, hasta el huevo de chela, empujándome sin cesar y golpeando mis riñones como pera de boz, además de que de a ratos me llegué a sentir violado (y no, no fue grato, ni chido, ni ningún adjetivo positivo) por sus constantes recargadas sobre mí. Un codazo le hizo entender que no era la persona indicada para humpear.
Y lo que más me sorprendió de toda la noche, o quizás lo segundo que me sorprendió, fue ver a una chava pelirroja en medio del moshpit tirando empujones y siendo empujada por un montón de bestias feroces respirando metal y sobretodo: increíble, salió ilesa.
Ya después, a la despedida del concierto hubo un leve y quizás amistoso altercado entre Sho y 5 weyes más que luchaban a capa, espada y dientes por una playera aventada por los miembros de la banda. Y al final, después de que le quité un ente al Sho, la lucha por la playera continuaba entre un pelón tatuado, bastante fuerte y él. Haciendo para atrás a los morbosos espectadores, armamos un círculo de lucha de honor por la playera, a la cual, al ver que nadie iba a ceder se optó por la ley del volado y por desgracía, el águila se rió en nuestras caras y el sol le brilló al otro güey. Soy yo, ¿o también creen que águila tiene más posibilidades de ganar? Siempre lo he sentido así, pero nos falló. ¡Ni modo, Sho! Hiciste lo que pudiste. Y fue emocionante.
Y ya para concluir este relato, fue un gusto encontrarme al buen Pablo dentro de las entrañas de un agresivo slam. Un gran abrazo, y qué bueno que pudiste ver a Arch Enemy de nuez. ¡Sigue Kreator!
"Tear down the walls, wake up the world... Ignorance is not bliss. So fed up with second best,
our time is here and now... WE WILL RISE!"
La banda que le abrió esta vez a Arch Enemy es digna de respeto y apreciación por lo que hicieron. Banda mexicana llamada Mulucrax captó nuestra atención desde el momento en que del lado izquierdo del escenario habían una especie de tambores tribales, por falta de una mejor descripción y para evitar decirle marimba que no teníamos la menor idea de cómo iban a sonar a la hora de la hora. Después de un rato de espera, estos cabrones salieron con todos los huevos por delante y así comenzó la brutalidad mexicana sobre el escenario.
Ni me pregunten como se llaman sus rolas, ¿cómo demonios se supone que pueda entender de primera mano una especie de growleo? Sobretodo con la costumbre de que es en inglés, estos muchachos cantaron en español, mostrando violencia, agresividad y excelentes riffs acribillando a los oídos más vírgenes del Circo Volador. De lo más fregón que presentó la banda fue la energía con la que tocaron y por supuesto, las percusiones. La combinación solitaria de la batería con los tambores fue orgásmico y no pude hacer más que menear la mata y agitar la mano ante tan brutal combinación. Y así, después de que Mulucrax dejó la tarima, pasó lo que nunca creí posible: El público mexicano pedía más. Nunca había visto esto en una banda de soporte, y siendo que el jueves tocaron las bandas más piteras imaginables, esto fue una gran y grata sorpresa. Ahora sólo teníamos que esperar a Arch Enemy.
Y el tiempo pasó, pero no me puedo quejar. He sufrido peores esperas dentro de los cocniertas y en la vida real, ¿qué más daba esperar un brutal setlist al más puro estilo de la vieja escuela? Sin embargo, la duda reinaba: ¿Sería Angela Gossow capaz de cantar las 'oldies' mejor que Johan Liiva?
Angela, con toda su belleza (y lo dice alguien que no encuentra a las güeras muy atractivas) lo logró. Eso es echarle huevos y no mafufadas. Sacó a relucir su voz más gruesa y agresiva y rolas como 'Bury Me an Angel' no pasaron desapercibidas, por lo menos no por el par de oídos que tengo pegados a la cabeza. Tampoco hay que opacar el gran trabajo de la banda, interprentando esas rolas viejillas que tantos queríamos escuchar, a pesar de que algunos no parecían estar de acuerdo con el intento de Angela de tocar las rolas de los primeros discos. Pero a mi me vale, tocaron bien, y sobretodo, prendieron a la gente de una manera brutal.
Por fortuna o por desgracia, no todo fue una noche recordando lo viejo de Arch Enemy. Pronto, al setlist se incluyeron varias rolas de la época de Gossow, como 'We Will Rise', una favorita personal de la noche, 'Blood On Your Hands' de nuevo y por supuesto que no podía faltar 'Nemesis'. Y antes de entrar a esto, los grandes solos de guitarra de 'Intermezzo Liberte' y 'Snowbound' se hicieron presentes y ejecutadas de manera bella. Y por último, pero no menos importante, el solo de batería fue excelente.
Por desgracia, algún ente que iba surfeando entre la multitud tuvo los maravillosos reflejos de agarrarse de mi mata para no caerse, pero por fortuna, lo tomé del brazo y lo descargue tranquilamente en el suelo (aún me tenía agarrado de la greña). Eso y al principio un ente atrás de mi, hasta el huevo de chela, empujándome sin cesar y golpeando mis riñones como pera de boz, además de que de a ratos me llegué a sentir violado (y no, no fue grato, ni chido, ni ningún adjetivo positivo) por sus constantes recargadas sobre mí. Un codazo le hizo entender que no era la persona indicada para humpear.
Y lo que más me sorprendió de toda la noche, o quizás lo segundo que me sorprendió, fue ver a una chava pelirroja en medio del moshpit tirando empujones y siendo empujada por un montón de bestias feroces respirando metal y sobretodo: increíble, salió ilesa.
Ya después, a la despedida del concierto hubo un leve y quizás amistoso altercado entre Sho y 5 weyes más que luchaban a capa, espada y dientes por una playera aventada por los miembros de la banda. Y al final, después de que le quité un ente al Sho, la lucha por la playera continuaba entre un pelón tatuado, bastante fuerte y él. Haciendo para atrás a los morbosos espectadores, armamos un círculo de lucha de honor por la playera, a la cual, al ver que nadie iba a ceder se optó por la ley del volado y por desgracía, el águila se rió en nuestras caras y el sol le brilló al otro güey. Soy yo, ¿o también creen que águila tiene más posibilidades de ganar? Siempre lo he sentido así, pero nos falló. ¡Ni modo, Sho! Hiciste lo que pudiste. Y fue emocionante.
Y ya para concluir este relato, fue un gusto encontrarme al buen Pablo dentro de las entrañas de un agresivo slam. Un gran abrazo, y qué bueno que pudiste ver a Arch Enemy de nuez. ¡Sigue Kreator!
"Tear down the walls, wake up the world... Ignorance is not bliss. So fed up with second best,
our time is here and now... WE WILL RISE!"
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